TAI CHI/QI GONG. Camino en las Artes Marciales. Giorgio Zamboni

 

 

Camino en las artes marciales 

por Giorgio Zamboni

(Atículo publicado en El sol de San Telmo, marzo 2022)

 


Recuerdo que siempre me encantaron las películas de artes marciales, aún si eran malas, no me importaba, esperaba el momento de ver la acción. Un poco tarde, a los dieciocho años, cuando ya era independiente para trasladarme solo, empecé a ir al gimnasio.

Arranqué con un estilo tradicional japonés, el Ju jitsu, el arte suave, muy parecida al Kung fu.

 

Después, con el tiempo buscaba algo más filosófico donde la técnica fuera más allá del movimiento: un vaso lleno de contenido. Encontré el maestro Nino Tirelli de la escuela de Kung fu El tigre y el agua, que todavía existe en Velletri, mi pueblo de origen. Aprendí el estilo de Kung fu Hung Gar, difundido por Michele Angelo Riolo, un estilo externo y muy duro para fortalecer el cuerpo y el espíritu.

 

Un estilo tradicional es importante por sus enseñanzas y su historia, tiene bases sólidas para construir el templo que cada uno y una lleva dentro, desde el nacimiento.

 

Desde los primeros años de práctica también me inicié, con el maestro Nino, a practicar Tai chi estilo Chen de la escuela del gran maestro Wang Xi'An, dirigida en Italia por el Maestro Marcello Sidoti. Fue para mí otro gran descubrimiento, mi yin empezó a relacionarse con mi yang. Desde el 96 hasta el 2013 practiqué en forma ininterrumpida, hasta que decidí venir en Buenos Aires para dictar talleres de teatro con Ana Woolf, utilizando la combinación de las artes marciales y el teatro.

 

Cuando decidí quedarme en Argentina empecé a practicar Bagua Zhang y Alquimia Taoista con Marcelo Plotnik, discípulo de Oleg Tcherne. Llegó un momento en que sentí la necesidad de buscar un maestro que se acercaba a mi método de estudio para no perder mi formación marcial, y me encontré con el maestro (shifu) Germán Bermúdez, una tarde en el Barrio chino, mientras hacía con sus alumnos demostraciones de la danza del Dragón y del León. Ese día supe que había encontrado dónde seguir mi camino. El maestro Bermúdez en principio me enseñó Kung fu, estilo Choy lee fut, muy parecido al Hung Gar, y en paralelo me enseñó Luo Han Qi Gong  y Tai chi estilo Yang.

Hoy en el día soy instructor de Tai Chi y Qi Gong de la escuela Lung Chuan Argentina dirigida por Germán Bermúdez. Estoy feliz de haber encontrado en mi vida maestros como él, como Nino, Marcello y Angelo, quienes con mucha humildad transfieren los principios de las artes marciales respetando la historia de los antepasados.

Próximamente, en la Parroquia San Pedro González Telmo, como parte de las actividades organizadas por Camino Teatro, voy a iniciar cursos introductorios de Tai Chi y Qi Gong para todas las edades y niveles.  

Las dos artes, Tai Chi y Qi Gong, se basan en los mismos principios. Trabajan sobre el equilibrio, la armonía y la presencia. Son dos estilos internos dichos Nei Jia que literalmente significa familia interna. Hoy en día hay muchas informaciones en internet para investigar, y casi siempre se cuenta que el Tai Chi es una meditación en movimiento y el Qi gong es para la salud. En parte coincido, pero no hay que olvidar que el Tai Chi es un Arte Marcial creada para el combate, la defensa de sí mismo y de los más débiles. Hay principios importantes del combate que sirven para lo que es la intención (Yi). El Tai Chi trabaja los tres tesoros (esencia, energía y espíritu), el equilibrio, el enraizamiento en la tierra, la expansión, el fluir como el agua y la respiración.  El Qi Gong para mí es la preparación a un estadio superior, la preparación a la meditación. Se cuenta que los monjes chinos meditaban olvidando el cuerpo. Con la llegada del Bodhidharma desde la India, los monjes empezaron a practicar el Qi Gong para cultivar cuerpo, mente y espíritu.  El Qi Gong es una rama de la medicina china, un autocultivo del bien-estar, cultiva lo que se denomina Chi la energía presente en varios estadios en nuestro cuerpo. Cultivamos la esencia (Jing), la energía (Qi) y el espíritu (Sheng). Cuando se practica el Qi Gong nuestras defensas se refuerzan y nuestros órganos están protegidos de los ataques externos que pueden provocar enfermedades. Hay mucha teoría que sirve para entender para qué sirve lo que se está haciendo. No es para preocuparse, lo importante es practicar, y constantemente.

 Virtudes o los beneficios de hacer Tai Chi y Qi Gong

 Esta práctica trae innumerables beneficios: equilibran y armonizan nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestro espíritu. Tomamos conciencia de lo inconsciente, por ejemplo, la respiración. Desde que nacimos empezamos a respirar hasta el final de nuestra vida terrena, lo hacemos de manera involuntaria, automática, nuestro cuerpo es una máquina perfecta que sabe cómo accionar. La práctica del Tai Chi, como la del Qi Gong, nos ayuda a tomar conciencia de la respiración y a adaptarla según nuestra exigencia. Respiramos con todo el cuerpo, expandiendo y relajando como un globo que se llena de aire y se desinfla.  Nuestro equilibrio mejora de manera sorprendente, Tomamos conciencia de cada movimiento, cada fracción del movimiento es un infinitésimo del mismo que compone el flujo. Nuestras defensas mejoran, las articulaciones se sueltan y se posicionan en su justo lugar. Con el tiempo podríamos llegar a lo que los chinos llaman el Wu Wei, la no acción. Es un concepto muy difícil de explicar, pero con la práctica quizás llega un momento donde se pueda sentir.

Mi vida personal

Aprendí a conocerme a mí mismo, y a cuidar mi templo. Muchas veces recurro a la enseñanza de estas disciplinas para enfrentar las dificultades de la vida, ya sean de salud o emocionales. Acordémonos que cada órgano del cuerpo está directamente conectado con una emoción.  También me ayudó en este período en que se propagó el hábito del miedo, durante la pandemia. En este caso es muy importante centrarnos y entender que el miedo es una de las principales fuentes de enfermedad. Tenemos que entender la relación no sólo con nosotros mismos, sino con el universo entero.

 Artes marciales y Teatro

 Utilizo mucho los principios de las artes marciales para el teatro. Los principios de eje, equilibrio, el estar aquí y ahora, son principios para las bases de una buena presencia escénica. Entender la dualidad del movimiento, las oposiciones, la expansión en el espacio, no para una interpretación actoral “retórica”, sino para transitar el simple camino de entender los principios así como son. Hay que limpiar y despojar: un vaso no se puede llenar si ya está lleno con nuestra vida y costumbres. Otro punto fundamental es la respiración. Para hablar, cantar o moverse, tenemos la necesidad de tener una respiración consciente y ahí es donde también vienen en mi ayuda estas prácticas milenarias. Por ejemplo, si nos ponemos nerviosos la respiración se corta y tenemos que recurrir a nuestro conocimiento de la respiración para aplacar esa sensación y liberarnos, para despegar el vuelo en la escena.

 En síntesis

El Tai Chi y el Qi gong pueden ser empleado para la salud, la defensa personal y el desarrollo armónico de nuestras potencialidades, según este orden de importancia. A lo largo de este recorrido es posible comprender, que más allá de estos aspectos, constituyen una vía diferente de vivir la vida.

Se trata de ejercicios suaves y adecuados a cualquier persona. Ayudan a mejorar la flexibilidad, el fortalecimiento muscular, la resistencia física y la autoestima. Ayudan a mejorar la postura, el tono muscular, el estrés, mejoran las estrategias de la marcha, aumentan la longitud del paso, reducen las caídas, mejoran las respuestas a posibles caídas, ayudan a tolerar la inestabilidad.




Los invito a compartir las maravillas de estas disciplinas, Tai Chi y  Qi Gong, desde febrero 2022, los lunes y miércoles a las 18:30 hs en la parroquia San Pedro Telmo, Humberto Primo 330. Estaré dictando clase para cualquier persona que quiera probar y practicar, no hay límites de edad, es abierto a todos y todas.





 






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