Tania Castro. Entrevista

Esta entrevista está tomada del blog de MAGDALENA 2da GENERACIÓN, red latinoamericana de mujeres en el arte contemporáneo:
https://magdalena2dageneracion.blogspot.com/2022/11/tania-castro-entre-nosotras.html




El escenario es el lugar donde afirmamos la 

poesía de nuestra utopía



por Marcela Brito y Laura D'Anna



Nos encontramos a charlar con Tania Castro, por plataforma virtual, a una semana de su llegada a Buenos Aires, en donde brindará un seminario intensivo de narración oral y presentará su espectáculo Cuentoferencia: el Ande es su palabra 

Tania es artista escénica. Cuentacuentos, poeta, educadora y gestora cultural cusqueña. Vinculada a las artes escénicas desde chiquita. Además de poesía, escribe dramaturgia. Durante más de tres décadas ha estrenado espectáculos, lecturas y performances. Ha publicado títulos de poesía y forma parte de diversas antologías.

Tania nos cuenta, antes de empezar, que con el grupo que acaba de reestrenar Los Tupac Amaru viven (ochenta integrantes, entre actores y músicos)  consagraron la función de reestreno a la lluvia. Porque en el Cusco hace tiempo que no llueve. Y en el universo de Tania, cada función, cada ensayo, es consagrado.

Alimentos

Tania.-Siempre que nos juntamos ya sea para ensayar, para diseñar una obra, para pensar qué vamos a hacer el próximo año, consagramos la reunión, y no solamente la versión final de la obra, porque cada encuentro es tiempo de nuestra energía. En este reestreno, esta gran y hermosa masa humana, decidimos consagrar la fuerza de la reunión, la fuerza de nuestro trabajo, la fuerza del reestreno, la fuerza de lo que congreguemos en el público, a la lluvia. Creemos que cuando hacemos esto, entregar la energía de nuestro trabajo a algo, siempre sale lo verdadero de nosotros, de nosotras, la energía se mueve en dirección de lo que necesitamos ahora. Es algo tan importante como la energía del aire, alimento que hay quienes llaman sutil –pero no es tan sutil-, como no lo ves, no lo valoras, pero es una de las primeras fuentes alimenticias: tu primera bocanada de alimento de la mañana es la respiración consciente, de la misma manera, esta consagración. Hay quienes llaman oración, hay miles de nombres paganos, pero sí estamos de acuerdo en el hecho de entregar energía a una causa. Entonces consagramos nuestra energía a la lluvia porque estamos de sequía aquí. Y ocurrió que al término de la función hubo una pequeña garuíta. Y sentimos que llegó claro el mensaje: “sigan, no es suficiente, estoy solita -nos decía la tierra-, no me escuchan, sigan”. Entonces estamos, y seguiremos, en esa consagración. A veces se nos agrieta la fe, ¿no? pero hay que seguir.

Marcela.- Acá también estamos faltos de lluvia, peligraron muchas cosechas… Y hay muchos incendios forestales.

Oracciones

Tania.- Como aprendimos de los griegos… -yo no creo en una única manera de entender el mundo y tomo de todos lados lo que me sirve-, Drama significa acción, nosotros hacemos oracción, y en nuestras oracciones, le damos duro a nuestra parte “sutil”, concentramos nuestra energía hacia allí, nuestro respirar, nuestras “magias” e intuiciones, pero también hacemos nuestras acciones.

Y hablando del agua, y de las acciones, hace tiempo venimos haciendo campaña para que cada quien haga un hoyo, una grieta, aunque sea en su jardín, donde recoger el agua de lluvia, los campesinos lo hacen en gran escala, pero aún así se han agotado esas reservas de agua, por ejemplo en mi casa ya no tengo para regar mis plantitas de alrededor de la casa, no sé qué voy a hacer…

Marcela.- Yo hago hoyitos en mi jardín y pongo los restos de mi comida orgánica

Tania.- Me fui por las ramas

Laura.- Hermosas ramas

Tania.- El escenario es el lugar donde afirmamos la poesía de nuestra utopía pero en la calle tiene que estar la acción práctica. Aunque acción práctica también es la escena

 

Liberaciones

Laura.- Y hablando de la “acción práctica” de la escena, vos hablabas en una entrevista, a propósito de este reestreno de Los Tupac Amaru viven, de la manera de compartir y resignificar el pasado, visibilizando “la humanidad lúcida y generosa” de Tupac Amaru, de Micaela Bastidas y de toda su gente, y no solamente contando las escenas de sujeción, muerte y tortura…



Tania.- Es necesario hablar desde los dos lados, porque todavía necesitamos muchos espacios catárticos por la cantidad de años que hemos vivido y que seguimos viviendo a expensas de una hegemonía bruta que hace lo que se le da la gana y le importa un carajo la vida. Respecto del proceso de los Tupac Amaru, ¿qué es lo que se les da permanentemente a la sociedad? Se le da el punto de vista escrito que viene de los documentos de 1780, eso es obviamente obra de las élites que alcanzaban la escritura, de los que trabajaban a favor de la corona, de los que eran colonos entre los colonos los peores, los medios de comunicación de la época. No les creo, no les creeremos… Las actrices y actores de este proyecto participan del Laboratorio permanente (porque sigue en marcha, no hemos terminado) para la resignificación de la memoria histórica. Allí, todos nuestros amigos y amigas historiadores tienen la posición clara de mirar en las oralidades, en las recetas, en los bordados, en las formas de bailar, en las comparsas, pese a que todo ya es mestizo, la simbología originaria, que no idealizamos sino que miramos con resolución y con firme propósito de completar la historia. Y en todos estos documentos inclusive que nos han pasado y que tenemos la dicha de ver de frente (son un montón!), en todos esos documentos trabajamos. Por ejemplo, sobre una carta que le mandan a Tupac Amaru en donde le ofrecen un soborno a cambio de que pare con la rebeldía, y él les responde con una carta que es una maravilla. Trabajamos con ella. También con el relato oral acerca de una cacique, Tomasa, quien se enfrenta a Tupac Amaru cuando ya no hay casi alimento para las tropas y se están muriendo de hambre los niños y niñas de quienes murieron en la contienda, ya no hay víveres para esos niños. Y es ella la que administra las vituallas, junto con Micaela Bastidas. Tomasa, no habiendo parido, recuerda relatos de sus abuelas que dicen que los pechos funcionan con amor, y prende a ellos los bebés cuyas madres murieron, y además se roba comida para repartir entre los niños. Ese acto de rebeldía, dentro de la rebeldía, aparece en la obra. No conocemos a nuestra gente rebelde, más bien revolucionaria porque marca un antes y un después. Cuando Tupac Amaru dice en ese primer manifiesto, el grito libertario de 1780, que va a luchar por los negros, zambos, criollos, españoles venidos a menos, porque todos tenemos el mismo origen, todos somos hijos de la Pachamama; ahí entendemos entonces que no es una revuelta nacionalista, ni etnicista, sino que va por la liberación de algo más, es más profunda. En cuanto a señalar estos hechos, sí, claro, hay un cambio de foco.

Ya gritamos los nombres de las víctimas. Ya limpiamos simbólicamente algunos de los lugares de tortura y masacre. Pero tiene que quedar en las cabezas de mis hijos e hijas que la muerte es anecdótica frente a la entrega por la libertad, esta entrega es mucho más y trasciende esos minutos de padecimiento, brutales y traumáticos, trasciende ese episodio ridículo en que el otro se alucina poderoso, y entiende que la gesta, el discurso de base, no ha muerto.

La finalidad de este trabajo, para resignificar nuestra memoria, es valorar la fuerza de esta propuesta y reírnos del invasor que creyó que los mataba, y se equivocó.

Hay contiendas legales de reparación histórica por hacer, y en eso estamos. Queremos demostrar –una comisión de juristas- que la corona española llevó a cabo un juicio ilegal y que deben descriminalizar a nuestros padres y madres. Con esto reparamos el presente. Reparamos las herencias de dolor, que quedaron tatuadas en la carne como si fueran nuestras, hay que volver a heredarles a nuestros hijos e hijas la esencia del poder, la magia propia, lo poderoso y verdadero. Lo demás tiene que quedar como anecdótico.

Es como cuando una mujer, como tantas de nosotras, que ha sufrido violencia sexual en algún momento de la vida, decide un día quitarle el poder a ese sujeto abusador y no dejar que la viole un día más. Retirarle el poder. Si somos brujas. Y cuando se retira el poder, cuando me paro por encima de todo el proceso y miro para atrás, sucede que el día que me entero de su muerte, y de los detalles de esa muerte –que fue tal como yo se la deseé-, ese día corporalmente me veo atacada de una compasión brutal por ese sujeto, y siento pena de la manera en que murió… Y no es que yo tengo un lazo, o un síndrome de no sé qué. Me pasó celularmente que tuve tristeza. Ese es el momento de la liberación. De lo contrario le hacemos el favor a la Hegemonía de seguir polarizándonos. Y si aumentas el volumen al dolor y la sangre, al dolor y la sangre, al dolor y la sangre, una y cinco mil veces, esa rabia se vuelve una y poderosa. Dos mil millones de veces le haces el favor a la Hegemonía de crear rabias, indignaciones fuera de lugar, y no entrar en esa cultura de paz, que tienen que venir del continente del cariño, de la sabiduría, del Munay. De nuestro continente. El continente del Munay, amor y voluntad, ésa es la tarea de este continente.

Marcela.- Yo nací en la línea de los fortines donde empezaron a aniquilar a nuestros indígenas[] , cien años antes.  En Argentina, muchos caciques fueron paseados desnudos tirados por caballos y llevados luego a Europa para  mostrarlos como trofeo. A fines del siglo XIX se implementó lo que llamaron la Campaña del desierto, que no era desierto. Y pienso que acá no se han hecho trabajos de limpieza como hacen ustedes. Se han hecho en pequeños grupos, o individuales, sobre todo las mujeres. Pienso sin embargo en La Forestal. Pero creo que nada de la dimensión de Los Tupac Amaru viven, ¿decís que son 80?

Tania.-  En Tupac Amaru viven somos ochenta integrantes, sesenta músicos y músicas sinfónicos y veinte actrices y actores.

Marcela.- En los años 90 se dio acá una banalización de toda nuestra cultura, un retroceso muy fuerte…

Laura.- Sí, y se demostró el grado de aniquilamiento de nuestra cultura y de nuestra integridad operado durante los años de la última dictadura.

Pero también se me viene Rodolfo Kush, filósofo argentino que se apasiona con la cosmovisión del mundo andino y revalida la concepción de la realidad del pueblo inca, y habla de la magia… confrontándola con la creencia en la realidad de Occidente…

Tania.- En la realidad que percibe. Ha  normalizado muchas faltas de normalidad. Por ejemplo nosotros tenemos, además de los ojos físicos, otros ojos. Si tú has nacido aquí sabes que la vida normal son las imágenes que perciben los sentidos pero que aparte, donde se acaba el límite del sentido, hay otras dimensiones, que a veces entran en comunicación, muchas veces por feliz comunión, y otras veces porque algo está mal en alguna de las dimensiones. Entonces la percepción chata de la cultura hegemónica –porque no podemos hablar de Occidente, porque mis abuelas brujas del País Vasco eran Occidente pero pensaban como los indígenas de acá-, te mete todas las taras encima de la normalidad hasta que concibamos su realidad codiciosa como la única realidad y nos llenen de depresión, de ansiedad, de pánico, que es de lo que se está enfermando mi gente ahora.

Llevamos más de 20 años con la limpieza y seguiremos limpiando y trabajando en lo que no sólo es catártico, es lo que aún no está dicho. La crueldad debe ser contada en la historia. Para contar que aún a pesar de esa crueldad lo que es verdadero subsiste en el tiempo. Y los intentos vanos de las tiranías de cualquier tiempo son sólo una mosca gorda frente al poder del amor.

El escenario es magia. El escenario es “todavía”.

Porque si yo digo -esto hacen los noticieros horrorosos-  “tengo las tiroides malas” estas palabras tienen un poder sobre mí, en cambio, si digo “Tengo las tiroides malas, todavía”, es otra cosa. La cultura andina es el “todavía”. El teatro es el “todavía”

Marcela.- ¿La quántica iría un poco más allá con el “soy sana”?

Tania.- Sí, pero a veces el cerebro ha recibido tanto ese paquete: “Sé feliz”, “Has venido aquí a ser feliz”… Yo hablo de algo bien cotidiano, “me duele la mano derecha porque ayer cargué algo pesado, todavía”, con ese “todavía” ya empieza mi cabeza a resolver.

El éxito de Rhonda Byrne con El secreto parece tener dos propósitos: primero sacarse la culpa de encima, y segundo que todo sudamericano o africano piense: “claro yo soy pobre porque pienso mal”. Acá se trata de un problema bien práctico: “no me entregan los lentes, todavía” “Estoy gorda, y voy a viajar a la Argentina y me voy a poner un vestido, todavía”

 

Biorama

Laura.- Hablemos del seminario intensivo o Laboratorio de Cuento popular que vas a dar en San Telmo (Buenos Aires), el domingo 27 de noviembre, de 10 a 13 hs. Lleva por subtítulo “Resignificación de la memoria histórica”, y conlleva dos pedidos: un biorama y una historia que nos “muramos por contar”.

Tania.- Así es

Laura.- Cuando hablamos a nuestros amigos acerca del seminario y nos preguntan por estos requisitos (biorama y la historia propia), aparece un entusiasmo particular, y varios interrogantes…

Tania.- El biorama es una biografía contestataria que tiene datos que no pondrías en un CV, pero que te urge mirar con dignidad en tu vida. No tenemos los espacios, en el arte sí los hay, pero la mayoría de los seres pie-andantes no los tiene, entonces nos tenemos que tragar las historias que nos imponen. Ante estos vacíos de la verdad, de esta historia hegemónica, es un deber nuestro de cada día hacer que nuestra voz tome la realidad por asalto.

Es importante saber que no hay especialistas en el tema de la historia. Puede haber un compilador, un interpretador de hechos, pero no hemos estado en el evento histórico y hemos heredado una visión parcializada. Quienes escriben la historia, dicen, son los vencedores. Pero… nosotros no hablamos de vencedores, un discurso como el de Tupac Amaru por ejemplo no ha muerto, entonces, ¿quién venció a quién?

Sí es importante saber que la visión de tu abuela, de tu tatarabuelo, de la vecina de tu abuelo, la visión y percepción de tu hijo, la tuya, la del señor que trabaja sentado en un banco ocho horas por día, esas oralidades conforman una visión más grande, la completan. Inclusive, en algún momento de fractura de la historia, hay pueblos que se han sublevado, y nadie lo registró en la historia, pero se cuenta que… Otro ejemplo: la idea de que la coca nos unía, en el continente e incluso más allá del continente. Nada había escrito al respecto, sólo existía en la oralidad, hasta que apareció un documento.

Y Tania nos lee un fragmento del diario de uno de los nietos de Cristóbal Colón sacado de un libro recientemente publicado (K’intu. Historias, memorias y recorridos de la hoja de coca) en donde cuenta que indígenas de Centroamérica mascaban coca. Conclusión: la oralidad guardaba verdades que la historia no quería admitir pese a que había documentos escritos.

Es importante escuchar la oralidad (¡y no importa si llevan imaginación en medio!) para completar y ampliar el ojo. Culturas como la nuestra necesita con urgencia recuperar la fuerza de la voz propia a la hora de narrar su recuerdo. Quien recuerda quién fue y qué pasó tiene más posibilidad de soñar en mejores condiciones quién quiere ser, por eso nuestra preocupación por la historia.

Yo siento que toda vez que reviso para atrás, entiendo por qué me duelo el cuello por aquí, por qué tengo estas pústulas que me salen de vez en cuando por acá, las entiendo y trato de reparar desde las magias que he heredado de la cultura quechua hablante.

 

Brujas y estrellas

 Laura.- ¿Querés hablar de tus ancestros y ancestras?

Tania.- Por un lado tengo quechua hablantes, por otro tengo un abuelo que vino del País Vasco huyendo de los franquistas. Era republicano y nacionalista vasco. Nacionalista asumido no como un acto de odio, sino como un acto de justicia de querer hablar su lengua, desplegar su manera de pensar, su libertad, impedir que quemaran a sus brujas, etc. La esposa de mi bisabuelo curaba con plantas. Aprendí lo que es un aquelarre, conducido por mujeres, y del que no participan solamente ellas, también participan hombres. Mujeres sabedoras del poder del aquelarre, que también podía ser destructivo. Brujas es una ciudad europea llena de puentes. La palabra “bruja” quiere decir mujer-puente, en un idioma viejo que ha quedado en el tiempo.

Acá hablamos del tiempo de los Chakarunas: el tiempo de los seres humanos puentes, que si no asumíamos ese trabajo entrábamos en desequilibrio. O concilias y dejas pasar a través tuyo todo lo que está pendiente de comunicarse y curarse, u obstruyes. Es un tiempo de aire para nuestros abuelos, y en otras narrativas también, ya que estamos en la era de acuario, que también es aire. Es época en que es fácil la comunicación, los medios. Pero justo cuando hay facilidad de circulación en los medios, la carga de contenido puede ser manipulada. ¿Y cuál es la verdad? ¿La que a una se le ocurre? No. La verdad es la suma de voces. Hablo de la manera de entender de mi pueblo, no estoy afirmando que esto es así, categóricamente. Hablo desde mi idioma, desde mis idiomas. Tuve negado el vasco. Uh, si me oían hablar en vasco, iban a decir que éramos nacionalistas vascos… entonces solo me quedaron algunas palabras, del cotidiano, pero muchos significados

Laura.- ¿Cuál era, tu mamá o tu abuela, que me contaste que miraba las constelaciones oscuras?

Toda abuela o abuelo del Ande escruta el cielo. Aún hoy, y se pasa ese saber a los niños y niñas, porque la astronomía no debe ser una ciencia aislada de todo lo que pasa. Y sí, mi abuela me enseñó a mirar el cielo, pero no así (y Tania levanta la cabeza) sino así, mirando para abajo, mirando dentro de un cuenco con agua, a través de un espejo de constelación. A mi abuela no le gustaba mirar a través de máquinas, pese a que conocía varias. Sino que usaba un recipiente de base oscura, allí ponía agua y salíamos al descampado, a lo alto de la montaña, abrigadas, rompíamos el cotidiano, lo que es muy mágico… y allí miraba el cielo, miraba cómo estaban moviéndose las estrellas y te iba diciendo qué pasaba cuando este planeta estaba acá, o allá. Las constelaciones tienen otros nombres en mi cultura,  Willkawara es Sirio, por ejemplo, y preside el ciclo de la papa. El lenguaje astronómico era cosa de todos los días. Muchas generaciones urbanas lo han perdido pero ahora estamos trabajando para recuperar esa memoria, también.

 

Cuentoferencia


Laura.- Me gustaría que nos hables de la CUENTOFERENCIA: el Ande es su palabra, el espectáculo que vas a presentar este domingo en el Espacio Las Sibilas, a las 17 hs.

Tania.- Es hablar de mi cultura, de algunos principios transversales a la cultura del Ande, en erosión, lamentablemente…Para compartir, si es que se pueden tomar, y no sólo para nuestros hijos sino para los del mundo para ver si alguno los rescata para su vida. No los explico sino que narro un cuento que tenga que ver. Si alguna pregunta o comentario surge la jugaremos un ratito, y luego pasaré a otra narración. Y así.

Laura.- ¿Por qué “El Ande es su palabra”?

Somos un continente que teníamos formas de sistematización distinta. Aquí el círculo de editoriales es muy elitista, salvo honrosas excepciones. Sólo se publica los libros de un sector del pensamiento. Pero para nosotras y nosotros si el libro no dialoga no funciona. Y los libros no funcionan si tienen verdades cerradas, si tienen “declaratorias”. Los libros tienen que dialogar y contar. Mi cultura ha sobrevivido a través de la tradición oral: historias, mitos, leyendas, formas de tejer y bordar, recetas para comer, formas de organizar las hojitas, formas de leer la vida. Leemos mucho los signos naturales. Todos los niños ahora han perdido eso, porque compran su comida, no la cultivan. Mi intento será entregar un puñado de conceptos, valores, de nuestra historia andina a través de mitos, recetas, etc. Son maneras de entender la vida muy altas, algunas me atrevo a contarlas, otras no, todavía. No voy a poder llevar a Buenos Aires las hierbas, ni a mis hermanas y hermanos que me acompañan con sus músicas en las Cuentoferencias, pero sí voy a llevar lo que viaja en mi cuerpo, lo que viaja en mi boca, y también un pequeño oráculo de tono urbano para hacer puente entre mis hermanas tejedoras de los Andes y la gente que nunca ha visto qué significa un tejido de estas características.

 

El arte de contar

Laura.-  Nos gustaría que nos cuentes quiénes fueron tus maestros y maestras en el arte de contar.

Tania.- Toda la gente de la calle que habla con generosidad, la gente de los mercados, mis caseras de jugos -las conoció Anita Woolf cuando estuvo en Cusco. Una casera de jugos es una caja de historias, es tu psicóloga particular, es tu ofrendante y tu madrastra, cuando quiere. Y también aprendo de todo hombre y mujer que encuentro en los rituales y fiestas sacras. Por supuesto de mi madre y mi padre. Por supuesto de algunas personas que dices, ahhh, cuando sea grande yo quiero ser así. Yo no había tenido contacto con los narradores escénicos, sólo con mis abuelas y abuelos que contaban. Las conversaciones me encantan. Y yo soy muda allí. Nadie lo puede creer pero yo me callo, y escucho. Esos son mis maestros y maestras.


De entre los narradores escénicos, hay alguien que me empujó, François Vallaeys. Es alguien a quien quiero mucho y él me ha aceptado con mis inexactitudes humanas. Fue él quien me ha empujado a la narración escénica. Es uno de mis maestros también.

Hay un hombre a quien aprecié también mucho, con quien nos hemos cruzado en algunos eventos. Tito Caraval, Él se sentaba con su vasito de cerveza y contaba, y no había modo de salir de allí… Hay también narradores africanos, a quienes conocí por material audiovisual, que me enternecieron.

Y aquí, el quechua es de por sí histriónico no puedes hablar sin expresarte mucho, por ejemplo, para decir “Hay silencio, ¿no es cierto?” dices la palabra chin kashan, riki?, pero no lo puedes decir simplemente, tienes que hacer el gesto con todo el cuerpo, si no la gente no entiende de qué estás hablando

Laura.- Nos hace acordar a la lengua de señas, que nos enseña nuestra Magdalena Natalia Tesone, es su lengua.

Tania.- Qué linndo… quiero aprender.

 

Vulnerabilidad, humildad, belleza

Laura.- Antes de que entraras a la entrevista, con Marcela nos pusimos a leer el poema tuyo: “Hoy he leído la coca”.

Tania.- ¿De dónde habrán capturado eso?

Laura.- Jajaja… de una publicación peruana del comienzo de la pandemia.

Marcela.- Nos gustó mucho “hay que lamer el río en sentido contrario…”

Tania.- “sé que para acabar con el miedo hay que lamer el río en sentido contrario…”

Laura.- Y también lo de la humildad y la belleza…

Tania.- Seguro que les ha pasado, cuando una está vulnerable… la vulnerabilidad te da humildad, quieres una misericordia pequeñita y es todo lo que quieres. Y esa humildad para mí es como la puerta de entrada a la belleza. Y te devuelve de hecho al lado cierto del camino.

 

 

 



LABORATORIO de Cuento popular

y resignificación de la memoria histórica


Domingo 27/11, de 10 a 13 hs - Espacio Las Sibilas, Humberto Primo 330



Hay una diferencia entre contar relatos de autor y elegir el proceso de transferencia consciente de los genes culturales que consideramos imprescindibles de mantener vivos por su aporte a la calidad de vida humana y a la sostenibilidad de la vida del planeta.


Inscripción en

https://forms.gle/BiEfahYNSdm4QYN49



CUENTOFERENCIA: El Ande es su palabra.

Espectáculo de narración de cuentos populares andinos

(con la participación de Natalia Marcet y Marcela Brito).


Domingo 27 de noviembre, 17 hs, Espacio Las Sibilas, Humberto Primo 330

 

Se trata de una particular conversación acerca de LA VIDA, LA MUERTE, LA CRIANZA DE LA DIVERSIDAD, EL CONCEPTO DE SALUD, EL DEL AYNI, EL PRINCIPIO DE LA MUTUA CRIANZA, LA TIERRA, LA RESIGNIFICACIÓN DE LA MEMORIA HISTÓRICA, LA FUERZA DE LA TERNURA, todo contado a través de cuentos populares.

 

 RESERVAS A caminoteatroarte@gnail.com

Organizan:

Camino Teatro

Magdalena 2da Generación, Red latinoamericana de mujeres en el arte 

CATA (Centro de Antropología Teatral de Argentina) 



Tania Castro es Comunicadora social (Universidad San Antonio Abad del Cusco) con especialidad en comunicación educativa (Pontificia Universidad Católica del Perú, beca dirigida por Kay Funke Kaysser  - Alemania), actriz y educadora (Asociación Cultural Q’ente. Beca de especialización Gobierno de Cuba – Casa de la Poesía – Gestión Laritza Simeón)

Actualmente se desempeña como Co-directora, gestora cultural, actriz, narradora oral y dramaturga de la Asociación Cultural Q’ente. Servicios artísticos y gestión cultural para el desarrollo. Es docente en el Instituto Superior Pedagógico de la Asociación Educativa Pukllasunchis. Es parte del Comité fundador y permanente de gestión del Festival Internacional Femenino por la Sanación Social: “Warmikuna Raymi” que comparte con Ana Correa y Debora Correa (Grupo Yuyachkani), Marisol Zumaeta y Cucha Del Aguila. Es también socia del Instituto Americano de Arte. Fundadora y Miembro del Comité Directivo de la Asociación Civil PASA LA VOZ (Educación alternativa para infancia en riesgo, agrupa a 18 instituciones de la región). Consultora en UNAMAR (JAVIER ECHEVARRÍA CONSULTORES): Servicios para el fomento del desarrollo humano integral: Psicología, educación, arte y entrenamiento para el desarrollo personal, familiar y empresarial.






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